TRAJES TIPICOS DE BOYACA
martes, 24 de septiembre de 2013
GUAVINA CHIQUINQUIREÑA
Tipos de danza guabina
Existen 3 tipos fundamentales de guabina: La "Guabina Cundiboyacense", de los departamentos de Boyacá y Cundinamarca. La "Guabina Veleña", de la provincia de Vélez en el departamento de Santander; y la "Guabina Tolimense o (Bunde)" también de los departamentos de Huila pero especialmente del Tolima.
Su nombre no tiene una exacta definición; la palabra guabina se utiliza para referirse a una persona simple; para llamar a un tipo de pez en los llanos orientales; y como nombre para una herramienta usada por los campesinos para castigar a los animales domésticos.
Instrumentos y vestuario
Los instrumentos básicos para la ejecución de una guabina son el tiple, el requinto, la bandola y el chucho o alfandoque. Como atuendo para bailarla se usa el del hombre del altiplano, donde cada danzante llevan a la espalda una canastilla de bejuco o una jaula pequeña de chusque, elementos usados por los campesinos cuando van al mercado. la mujer lleva una falda no muy larga, unas botinas, un sombrero, un velo negro.
Historia
Referencias históricas mencionan a la guabina desde finales del siglo XVIII, siendo muy popular entre los alfareros y canteros santafereños durante la época de aguinaldos navideños, y en los bailes del campo. Era un ritmo muy rechazado por la iglesia por tener un estilo de baile de pareja cogida. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el romanticismo forma parte esencial en las composiciones de las guabinas. Así, empezaron a ser creadas guabinas románticas y amorosas, como la obra de Alberto Urdaneta, Guabina chiquinquireña.
Varios compositores boyacenses, además, han utilizado la guabina como ritmo para cantar a su tierra: es el caso de Octavio Quiñones, con Mi guabinita, Juan C. Goyeneche, con Sogamoseñitay Paisaje boyacense, y Juan Francisco Aguilera, con Lagunita de mi pueblo. Es importante hacer referencia al ilustre músico compositor maestro Lelio Olarte Pardo, nacido en Puente Nacional, quien compuso la Guabina Santandereana Números uno y dos, siendo esta segunda la más conocida, ya que ha formado parte del repertorio de álbumes musicales de Colombia e interpretada por la Orquesta Sinfónica de Colombia, y por algunas bandas musicales que han sido ganadoras del concurso de bandas de Paipa, Boyacá.
Como algunas figuras importantes en la coreografía de la guabina, cabe destacar las figuras del pañuelo, la vuelta, el abrazo, el caminito y el escobillao, entre otros.
Guabinas célebres
En este género son de importancia nacional composiciones musicales como la "Guabina Chiquinquireña" de Alberto Urdaneta y Daniel Bayona,1 en su versión tradicional o presentadas por grupos folclóricos como, Guabina @ Zilkha Hall Open House,2 también existen muestras representativas en el Tolima Grande como la "Guabina Huilense" de Carlos E. Cortés,3 o la "Suite Colombiana No. 1 - III. Guabina" del tolimense Gentil Montaña,4 y la Guabina Santandereana (# 2) de Lelio Olarte Pardo. Entre los nuevos compositores de guabinas se destaca el cantautor antioqueño John Jairo Torres de la Pava.
TRAJES TIPICOS DE BOYACA

TRAJES TIPICOS DE BOYACA
Los chibchas del altiplano cundiboyacense cubrían cuerpos con faldas de telas de algodón listado y de muchos colores, las cuales ajustaban a la cintura con el “chumbe” o cinturón tejido en lanas y algodón; esta especie de anaco lo utilizaban los hombres hasta la rodilla y las mujeres hasta el tobillo. Las mujeres usaban una manta cuadrada llamada “chircate”, ceñida a la cintura; la faja “chumbe” y sobre los hombros un pequeña manta llamada “liquira”, prendida a los pechos con un alfiler grande de oro o plata.
Los hombres chibchas llevaban un largo poncho de lana que les llegaba hasta las corvas, para protegerse del frío.
Los vestidos españoles y chibchas de los siglos del coloniaje hispánico, con las influencias de las modas francesas introducían en las de los borbones y el siglo XVIII y otras europeas del siglo XIX, fueron conformando un traje típico del boyacense y recibió adaptaciones de acuerdo a la región.
El campesino boyacense viste de pantalón de dril, camisa de tela de algodón, alpargates, sombrero de tapia pisada y ruana de lana; en algunos casos la montera de ruana.
La mujer boyacense de los campos viste una falda de tela de algodón con amplios vuelos y adornada en la parte inferior con dibujos y aplicaciones de variados colores, blusa de algodón con bordados, pañolón o mantenilla, sombrero de caña o tapia pisada, alpargates blancos atados con galones negros. La campesina boyacense acomodada acostumbra una indumentaria en las telas y finos adornos, paño de castilla, cachemira o frisa.
El campesino boyacense usa la ruana, la cual tiene su origen en los largos ponchos chibchas y capote español. Son en general hechas en tonos oscuros y relativamente pequeñas.
El sombrero campesino boyacense es de tapia pisada hecho de trencilla de “palmiche” y fibra de palma de ramo o fique. También se acostumbra el sombreo de caña en algunos lugares del centro y valle de tenia.
Vestidos
El clima frío de la región caracteriza el vestido con una variada gama de colores, que obedecen a una tradición que se remonta a la época en que los chibchas utilizaban para sus ritos y ceremonias mantas azules, rojas y de otros colores que hoy se reflejan en pañolones, blusas, faldas y mantillas, que han sido constantes en los últimos cuatro siglos, y una especial tendencia a bordar, adornar y embellecer atuendos.
Las campesinas de la región visten falda negra y larga confeccionada con prenses; va con diferentes adornos, con muchos colores elaborados en cintas de artiseda, canutillos y mostacillas. Debajo de la falda se usa una enagua blanca con arandelas; la campesina de páramo usa además otra enagua interior de bayetilla roja.
La blusa es de manga larga con cuello y adornos de colores vivos, en la cabeza lleva una mantilla negra que llega hasta la cintura y sobre ella se coloca el sombrero de tapia pisada o jipa. Las alpargatas son de fique atados al pie con galones negros.
Los hombres visten pantalón de paño oscuro, pantaloncillos con lienzo blanco amarrados a la altura del tobillo; la camisa es en tela de algodón blanco, siendo muy corriente la “cotano” de cuello militar con abotonadura sobre el hombro izquierdo. Los puños y el cuello van punteados en negro; también llevan pañuelo o rabo e’ gallo y ruana de lana virgen en tonos oscuros.
La montera la usan en el páramo y es de lana virgen de color claro, cubriendo la cabeza.
El negro fue base para resaltar la gama de colores vivos, permitiendo a los campesinos vestirse distinto y mostrar sus mejores galas alrededor de las fiestas patronales, las celebraciones familiares o simplemente días domingueros.
Los hombres chibchas llevaban un largo poncho de lana que les llegaba hasta las corvas, para protegerse del frío.
Los vestidos españoles y chibchas de los siglos del coloniaje hispánico, con las influencias de las modas francesas introducían en las de los borbones y el siglo XVIII y otras europeas del siglo XIX, fueron conformando un traje típico del boyacense y recibió adaptaciones de acuerdo a la región.
El campesino boyacense viste de pantalón de dril, camisa de tela de algodón, alpargates, sombrero de tapia pisada y ruana de lana; en algunos casos la montera de ruana.
La mujer boyacense de los campos viste una falda de tela de algodón con amplios vuelos y adornada en la parte inferior con dibujos y aplicaciones de variados colores, blusa de algodón con bordados, pañolón o mantenilla, sombrero de caña o tapia pisada, alpargates blancos atados con galones negros. La campesina boyacense acomodada acostumbra una indumentaria en las telas y finos adornos, paño de castilla, cachemira o frisa.
El campesino boyacense usa la ruana, la cual tiene su origen en los largos ponchos chibchas y capote español. Son en general hechas en tonos oscuros y relativamente pequeñas.
El sombrero campesino boyacense es de tapia pisada hecho de trencilla de “palmiche” y fibra de palma de ramo o fique. También se acostumbra el sombreo de caña en algunos lugares del centro y valle de tenia.
Vestidos
El clima frío de la región caracteriza el vestido con una variada gama de colores, que obedecen a una tradición que se remonta a la época en que los chibchas utilizaban para sus ritos y ceremonias mantas azules, rojas y de otros colores que hoy se reflejan en pañolones, blusas, faldas y mantillas, que han sido constantes en los últimos cuatro siglos, y una especial tendencia a bordar, adornar y embellecer atuendos.
Las campesinas de la región visten falda negra y larga confeccionada con prenses; va con diferentes adornos, con muchos colores elaborados en cintas de artiseda, canutillos y mostacillas. Debajo de la falda se usa una enagua blanca con arandelas; la campesina de páramo usa además otra enagua interior de bayetilla roja.
La blusa es de manga larga con cuello y adornos de colores vivos, en la cabeza lleva una mantilla negra que llega hasta la cintura y sobre ella se coloca el sombrero de tapia pisada o jipa. Las alpargatas son de fique atados al pie con galones negros.
Los hombres visten pantalón de paño oscuro, pantaloncillos con lienzo blanco amarrados a la altura del tobillo; la camisa es en tela de algodón blanco, siendo muy corriente la “cotano” de cuello militar con abotonadura sobre el hombro izquierdo. Los puños y el cuello van punteados en negro; también llevan pañuelo o rabo e’ gallo y ruana de lana virgen en tonos oscuros.
La montera la usan en el páramo y es de lana virgen de color claro, cubriendo la cabeza.
El negro fue base para resaltar la gama de colores vivos, permitiendo a los campesinos vestirse distinto y mostrar sus mejores galas alrededor de las fiestas patronales, las celebraciones familiares o simplemente días domingueros.
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